miércoles, febrero 13, 2008


Los americanos son buena gente, le dan una oportunidad a uno.

Mire seño, yo no quiero tener problemas, es que estoy tratando de arreglar mi situación aquí y la verdad a mi me trataron bien. Lo único feo es estar encerrado, peor con un niño, un niño al igual que un arbolito necesita aire para crecer; pero yo no me metía en problemas. A veces me deprimía el encierro pero luego iba con la doctora, por que allí hay doctores, y la doctora me daba un montón de pastillas, entonces me quedaba tranquila, trabajando. A uno no lo obligan a trabajar, sólo si uno quiere, pero como no hay nada que hacer, es mejor trabajar, eso si, el pago es poquito, 25 centavos al día, pero si yo no hacía nada sentía que me volvía loca. En cambio si yo me sentía tranquila mi niño se sentía tranquilo también. El se la pasaba conmigo, siempre al lado, calladito o en el cuarto de ataris que tienen para los niños. El sí se quedó muy traumado, ya no habla, y le tiene miedo a los policías, pero me lo tenía que traer. Nos fuimos de mi país porque me mataron a mi patoja, entonces para que me iba a quedar, yo también corría peligro y me vine con un coyote con mi niño chiquito. Nos venimos huyendo pues, pero al llegar nos agarraron. Los policías me golpearon y me tocaron aquí y alli abajo y mi niño vio todo, se asustó. Luego me trajeron encadenada y él me preguntaba por qué tenés cadena si no robamos nada? Al llegar nos dieron ropa, un pantalón azul y camisa azul y como uno no tiene nada más que ponerse pues se siente agradecido. Los cuartos son pequeños, pero limpios, los gringos cambian el colchón una vez por semana y uno tiene que limpiar su cuarto todos los días, como allí mismo tiene uno su baño. En la noche apagan las luces a las diez y pasan cerrando cada puerta y al día siguiente hay que estar levantado a las seis. ¿Qué cómo es la comida? esa si era fea, no dan carne; pero gracias a dios, mi niño siempre tuvo su leche, buena leche. Si ya le digo seño... los americanos son buena gente, le dan una oportunidad a uno.