viernes, julio 07, 2006

Un nuevo puyón no va a dolerte más
de lo que te dolió el primero
el tercero
el quinto.

No va a romper más
de lo que ya te ha roto.

Definitivamente,
no te va a a matar.

A lo mucho,
te hará sangrar unas gotitas extras
y dejará más ligas sobre tu piel.

Así que deja el llanto para tiempos mejores
y abrí las piernas sin miedo

que allí viene el sexto.